Desde el primer domingo de mayo, en el que celebramos mi primer día de la madre y nos juntamos cuatro generaciones (mi abuela, mi madre, mi tía, yo y mi hijo), hasta este último domingo del mes, que también lo hemos acabado en familia se han movido muchas sensaciones a lo largo de este mes. Mayo es uno de mis meses favoritos, porque la primavera ya despierta sin tibieza los colores en el campo, son los primeros días de playa, la ilusión de intuir vacaciones, paseos largos al atardecer, comidas al aire libre, y todos esos despertares que hay en la naturaleza con la llegada del buen tiempo. En mayo el sol es protagonista precisamente por lo que se ha hecho esperar y desear durante todo el invierno, pero no castiga con su látigo de agosto sino que nos acaricia con dulzura. Durante este mes he querido disfrutar y saborear cada uno de los días, de los paseos, de los primeros pasos del nene, de los momentos compartidos con mi familia, de las salidas al campo a pintar o simplemente a pasear, pero en los que me he sentido tan feliz de estar rodeada de tanta belleza que he querido retratarlos, para llevarlos conmigo y poder compartirlos aunque sea un poquito con todas aquellas personas que les encanta sentir el sol de mayo en la piel, pisar la tierra fuerte del camino, descubrir los primeros olores de las higueras, los dorados del trigo, los deslumbrantes rojos de las amapolas...por ello he subido alguna de las fotos que he hecho en los viajes de Eneas, en los paseos por el Penedés, para poder compartirlo...y mis intentos de pintar las oliveras, los almendros, las viñas en las nubes de Turner. No puedo decir que fotografío o pinto con pasión sino pero sí con disfrute, diversión, ganas de plasmar un poquito de mí, y con muchas ganas de compartir tanta belleza en los paisajes que me rodean con vosotros. Cuando pensé en crear este blog, quería enseñar las viñas del Penedés al resto del mundo, tenía ganas de expresarme, de gritar que aquí cerquita hay mucha belleza, y pensé que me resultaría más fácil hacerlo escribiendo, como siempre había hecho...pero veo que en estos momentos hay algo que no fluye con la escritura como antes, tal vez por el cúmulo de nuevas sensaciones que estoy teniendo por la maternidad, la vida en el campo...así que os lo dejo en imágenes. Mientras esperaré a que regrese Eneas con la pluma mágica que me devuelva las palabras, ¿tal vez mis letras están de viaje con él en Cartago?
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